Los petroleros y los equipos de construcción pesada de Hocol Oil Company atraviesan un camino de acceso/acarreo sin pavimentar de 18 km hacia las lejanas plataformas de perforación petrolífera de la Cordillera de los Andes de Colombia, sobre una subrasante de arenisca blanda (CBR 3,9 %) y con taludes de hasta el 15 %.

El clima tropical y la topografía escarpada someten a la carretera a fuerzas de erosión severas. Las fuertes lluvias de invierno erosionan los taludes laterales y los terraplenes, que obstruyen las zanjas de drenaje, lo que causa aún más escorrentías y la erosión de la superficie. En verano, el sol caliente seca los suelos y los materiales de relleno. Esto acelera la erosión y la pérdida de finos, generando contaminación por polvo, lo que deja aún menos de la superficie de la carretera.

Los camiones cisterna de 150 toneladas intentan evitar detenerse mientras viajan por la montaña. Sin embargo, inclusive en épocas de sequía, se atascan con tanta frecuencia, que los tractores siempre tienen que estar listos para remolcarlos. También, se necesita realizar constantemente reparaciones a lo largo de la ruta.

Hocol necesitaba una rehabilitación efectiva para crear una carretera más confiable y duradera, lo que incluye los taludes de las cunetas, las zanjas de drenaje y los muros de los terraplenes, para que las operaciones sean más seguras, eficientes y económicas.

Enfoque convencional

El diseño convencional del pavimento sobre subrasantes blandas requiere de grandes cantidades de agregado de calidad, que es costoso de importar a esta remota región. El diseño vial también debe mitigar la erosión y el deslizamiento del agregado para mejorar su vida útil. Los taludes y terraplenes de Gavión, aunque son eficientes, son caros de construir y reparar. Los bloques de concreto que se utilizan para zanjas de drenaje se fracturan fácilmente con los camiones. La logística y el costo de rehabilitar esta carretera con métodos tradicionales son exorbitantes.

Solución con Geoceldas Neoloy

Se eligieron las Geoceldas Neoloy por su capacidad para resolver varios problemas a la vez, todos con un relleno marginal local.

• Carretera sin asfaltar: el diseño mejoró la capacidad de soporte de la subrasante (> 5,7 %) gracias al factor de mejoramiento de módulo del material reforzado Neoloy (MR = 42 MPa). El espesor del pavimento fue de 15 cm de Geoceldas Neoloy llenadas con residuos de la cantera, con relleno de la carretera fallida y 5 cm de sobrellenado.
• Protección de taludes: las celdas Neoloy perforadas de 7,5 cm de altura protegen las laderas contra la erosión, utilizando estacas ancladas para la estabilización y el relleno superior del suelo.
• Muros a gravedad: se utilizó una celda Neoloy perforada de 20 cm de altura para los taludes empinados inestables con relleno granular local y tierra vegetal para las celdas de la fascia verde.
• Zanjas de drenaje: se construyeron canales en V de 60 cm de ancho (talud 1:1) con Geoceldas Neoloy de 7,5 cm de alto que utilizan relleno de concreto para proporcionar la máxima protección.

El resultado final fue la plena satisfacción del cliente y de los usuarios. Los conductores entrevistados en el lugar se sorprendieron con cómo las Geoceldas Neoloy mejoraron la conducción de los vehículos y su control de la carretera. Los camiones que conducían sobre las secciones reforzadas con Neoloy simplemente no se atascaron.